Entre muertos, adefecios y sabores

Esta entrada debía estar desde el lunes pero no había tenido oportunidad de hacerla, entre tareas, trabajos y examenes no es tan facil como parece.

Sabado 30: Una fiesta de disfraces que no hubiera estado buena si no fuera por mis amigos que siempre buscan, y me incluyo, hacer divertido cualquier momento, por que la verdad los chicos medievales no son muy animados, y la musica mejor ni hablar, que lo unico que tenian para bailar era a Amy Winehouse. Para comer fuimos a unos tacos, donde pedimos tortas jaja, así disfrazados, obvio todo el mundo se nos quedaba viendo y nosotros como si nada. Todo para regresar a la fiesta y terminar chismeando, o más bien siendo interrogados cada uno de lo que sucedía en su vida. Lastima que tuvo que terminar.

Al otro día todo fue platica y más plática, fue bueno porque hace mucho que no tenía una charla tan divertida, inteligente y profunda, todo a la vez! jajaja. Recuerdo que llegué a mi casa como a las 7 de la noche, pues almenos yo no me di cuenta y el tiempo se pasó rapidisimo.

El lunes fuimos mi familia y yo a Paseo de la Reforma a ver la exposición de Alebrijes que organizó el Museo de Arte Popular, había muchos que no tenían gran detalle por eso solo pongo la foto de mi favorita: "Bartola y Jacinto" (del Instituto de Cultura de Morelos), que me parece tiene mucha vida y provoca ternura, y que si tiene detalles y muchos colores, me hizo sentir alegre y conmovido, no se a ustedes que les parezca.

Pero yo seguía empecinado en ir a Mixquic, aunque no hubieran dejado a Vicky acompañarme, aún sabiendo que tendría que viajar 3 horas y que habría mucha gente. Toda mi familia intentaba convencerme queno fuera, que para que iba si iba solo, que era peligroso, que era muy tarde y otras razones; por fortuna soy muy necio cuando de verdad quiero algo, y así solo y sin saber exactamente como llegar me lancé para allá. Mientras iba en el último autobús para llegar empecé a sentir mucha emoción pues tenía 7 años aproximadamente que no iba, y en mis recuerdos estaba un tumulto en medio de las calles, donde se asomaban las ofrendas por los zaguanes o ventanas de cada casa, algunas de ellas grandes y abundantes frente a las pequeñas pero solemnes que aparentaban tener más respeto por los difuntos, que es finalmente el motivo de montarlas.

Al llegar había una avenida llena de puestos a las orillas y los autos en medio intentado avanzar, esquivando a la gente que paseaba entre ellos sin ninguna consideración todo por ver que es lo que se vendía. Recorrí todo eso viendo desde hot-dogs hasta enchiladas verdes, frutas confitadas y el clásico pan de feria,manzanas cubiertas de caramelo pintado, buñuelos, palanquetas, algodones de azúcar, y como en cada feria un puesto de micheladas cada 5 metros. Era un ambiente como en cualquier otra feria, lo que comenzó a extrañarme pues no era lo que yo esperaba. Pasé hasta la plaza principal en donde se hallaba una tarima que servía para presentar grupos de musica alternativa que en nada me parecieron conforme a la celebración del día, por eso preferí pasar a la iglesia de San Andrés y seguir a un guía de turistas que nos explicó un poco del origen y significado del día de muertos, y la importancia que tiene en el pueblo independientemente de la que tuviera en todo el país, la verdad que me dejó más preguntas, pero fue bueno.

En el panteón que esta alrededor de la iglesia podíamos ver a la gente velando las tumbas de sus muertos, todo en aparente fiesta, y lo digo porque las señoras mayores mostraban una actitud de verdadero luto, recordando seguramente a sus familiares cuando vivían y con un vacío en los ojos que me hizo sentir algo triste. Como pasamos la vida esperando que nunca termine, sabiendo que tiene que acabar, o como es que a veces deseamos que se dentenga un momento en vez de disfrutarla tal y como se presenta. En mi opinión el día de muertos debería servirnos más para preguntarnos que hacemos nosotros con la vida y menos para recordar la vida de otros que ya no la tienen, y no porque no les tengamos cariño y cierto respeto sino porque sería más útil poner acción en lo que todavía se puede cambiar.

En fin, supongo que tuvo un gran impacto en la percepción que tengo del presente, y me dejó mucha tranquilidad y paz. No se exactamente porque, pero esta semana me he sentido muy feliz y muy cómodo, como que nada me falta, incluso con esa emoción que me provoca esa persona, y con la amargura de esa miel que mejor hubiese sido azúcar.