miércoles, 30 de marzo de 2011

Cumple 22

Desde que decidí aprender a vivir solo, a disfrutarlo, ha cambiado mi percepción de la vida y ¡vaya que ha mejorado! En realidad tiene poco que inicié con éste proceso que ha resultado complejo, esforzado y muchas veces extraño.



Y se me ocurrió que este año quería celebrar el día de mi cumpleaños conmigo mismo, hacer cosas que me divirtieran y que me gustaran, pero era un reto porque no me agradaba para nada la soledad, siempre he preferido estar acompañado pero esta vez resultó una fecha perfecta para lograr mi cometido, o para comprobar que era imposible.


Era también un desafío porque el último cumpleaños que recordaba haber estado solo fue a los 18: lejos de mi casa, sin mi familia, y en una ciudad que apenas estaba conociendo así como a los nuevos amigos que hoy tengo, pero que en ese entonces no me significaban tanto, fue terrible; ese día salí de clases y con algunas amigas fuimos por un café que duró poco, esa parte fue la buena pero lo que siguió fue deprimente: me fui a mi casa a eso de las 3 y no había nadie, me puse a llorar un buen rato hasta que me quedé dormido, desperté ya entrada la noche y lloré un poco más, casi ni cené pues no tenía ganas y me dormí de nuevo hasta el otro día. Y ese fue el peor cumpleaños de mi vida.


Así que comencé mí día preparándome temprano para ir a mi trabajo de vacaciones, con el mejor ánimo del mundo. Felicitaciones por todos lados, incluso de personas que apenas se enteraban que cumplía años, que me alegraban y me recordaban que en la tarde iba a estar solo, y hasta allí la idea no me resultaba ya tan atractiva.


Terminó mi jornada y me fui para la Condesa, una de mis colonias favoritas, a La esquina del Té para tomarme un karma y un mexican chai (sí, por fin hay chai xD) mientras escuchaba algo de música, me relajaba y recordaba qué había hecho en todo mi año. Tiempo que se me fue terminando mi tesina, mi carrera, corriendo todo el día, estresado y con las emociones al límite, pero también con algunas frivolidades que resultaban divertidas. Se terminó el estrés y vino el letargo, un poco desesperante pero necesario. Hasta que las actividades me llegaron, pues ni siquiera las busqué, y me alegraron la vida jaja.


Después de mi té reflexivo tocaba un paseo por el parque con un helado de vino tinto y frutas rojas, aunque fue todo un fiasco porque sabía más a grosella, pero igual me la pasé bien y seguí escuchando música. Luego para el cine a ver "Whatever works", que recomiendo ampliamente, que me hizo reír varias veces cuando hablaban de las impertinencias que cometemos toda nuestra vida la poca razón que aplicamos a nuestras decisiones. Antes de regresar a casa me fui al Sanborn's de los azulejos por un mojito, uno de mis cocteles preferidos, y me comí unas quesadillas fritas que me supieron deliciosas, y aunque allí la comida no es precisamente fabulosa, es un sitio que me encanta frecuentar, además estaba un cantante que ejecutó varios boleros que me gustan y una que otra canción guapachosa xD.



Todo eso hizo de mi cumpleaños 22 uno de los más extraños pero geniales, a pesar de algunas personas que me tacharon de amargado jaja. A mi me encantó, me demostró que ya disfruto de mí mismo, y por supuesto lo repetiría, pero no el siguiente año xD