domingo, 27 de septiembre de 2009

El niño

Hoy estuve platicando con una recién mamá y me dejó muchas impresiones que no había pensado, dejemos a un lado el lío de criar a un hijo, parece que lo peor de todo es el embarazo.

Por fortuna no voy a sentir muchos de los cambios físicos que le suceden a la mujer pero los cambios emocionales de la pareja en sí son teribles.

En medio de sus incontrolables cambios hormonales a veces se sentía deprimida y otras veces como si nada pasara, el estrés normal de su trabajo le afectaba más de lo que estaba acostumbrada y su concentración era mucho menor, llegando a olvidar palabras o cambiandolas por otras que posiblemente ni existían.

Imaginate que el cuerpo hace todo eso solo por enfocarse en el nuevo ser que se está desarrollando. Con hambre apenas se despertaba y subiendo kilos todos los meses, ella todavía mantenía la idea de tener otro hijo. Él por su parte decía que ni uno más, que había que pensar en los gastos que iban a producirse, pensando más en la responsabilidad de tenerlo y el cambio de ritmo que traería a la vida de ambos.

Y hablando de ambos: discusiones en repetidas ocasiones por la incompresión del otro, ella con las emociones desbordadas y una sensibilidad al tope y él pensando que ya no recibía la atención pasada pues ahora todo el mundo giraba alrededor del bebé y que no podría más resistir la situación de la cual ya no podían escapar, aunque en realidad no lo querían. Lo que buscaban era ser entendidos, el problema comenzaba porque ninguno cedía y creía tener la razon, así que lo defendía ciegamente.

No digo 9 meses, porque tal vez en los primeros no ocurrían esa clase de situaciones, pero pensar que aumentaban conforme lo hacía el tamaño de tremenda barriga, crea una clase de angustia por ponerse en sus zapatos y no, para nada dan ganas de estar así.

El parto: sin dolor; la recuperación: lenta. Y ahora quien quiere tener otro hijo es él, ella... lo piensa. Pero por el momento lo mima y de verdad puedo decir que es su adoración, lo ama.

A pesar de todo del alboroto, te sientas al lado del pequeño, volteas tu cara hacia la suya y te quedas absorto observandolo sin pensar absolutamente en nada, y asi pueden pasar horas. ¿Por eso quienes son padres son tan felices?

Yo no lo sé, ni lo puedo explicar, pero por el momento no gracias.

4 comentarios:

  1. Ni yo.
    Pero algun dia...
    Me acorde del post de las great expectations... jajaja

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  2. weee, primera!
    pues mmmm
    no sé que decir, pero sigo pensando que cuando tenga hijos XD ... será divertido XD
    un abrazo!
    (por cierto no me gustanlosbebés waaa, siempre lloran cuando los cargo)
    quizás mejorno tenga hijos XD
    dahhh nosé!
    vicky

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  3. me gustas joaco...

    quieriera que me hicieras eel amor...

    los dos fundidos en un solo cuerpo

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