miércoles, 23 de diciembre de 2009

Lo de siempre

Hoy pintaba para ser un buen día: descanso total y una fiesta en la noche, pero no fue así. Decidií ayudarle a mi papá con un trabajo que tenia que entregar y eso me llevo desde que desperté hasta que el sol se oculto. Tenía pensado ir a la fiesta a las 7 pero ya ni me dió tiempo, con muchas cosas que pintar aún ténía la esperanza de ir aunque fuera tarde, aunque fuera una hora tarde, no importaba, el chiste era ir, hoy tenía ánimo de fiesta y los restrasos lo fueron convirtiendo en desesperación, luego en enojo y al fin en tristeza. Tal vez no fue gran cosa, pero de verdad quéría ir a la fiesta. Tuvimos que terminar el trabajo para que lo fuera a entregar, pues de alguna forma me sentía responsable por el retraso, y de allí pensaba regresarme a casa, ya la fiesta se habría acabado.

Entregué el paquete y me metí al metro, pero de repente pensé "hoy quiero salir, no quiero estar en mi casa" así que pense en los lugares que podría visitar a esa hora, ya casi las 10pm. Me decidí por el centro, es un lugar que me encanta, y aunque solo vaya caminando me hace feliz. Llegué y vi las luces que adornan los edificos del Zócalo, en la plancha estaban la pista de hielo y la rampa, además de unos 20 puestos de comida, que negocio eh, y me sentí contento, en momentos como esos me siento como un niño: todo fascinado, sorprendido e ilusionado.

Supongo que me brillaron los ojos. Me fui caminando entre las calles rumbo al Palacio de Bellas Artes y se me antojó un cigarro, pero tenía que ser mentolado claro, solo que no encontraba ningun puesto! es imposible no encontrar un puesto en el centro, pero esta noche así fue, seguí mi marcha y al cabo de unos minutos encontré al fin una badeja llena de cajetillas, busque los mentolado y tome uno, pagué y lo encendí.. ah! que sensación tan agradable: un humo suave, sabor a quemado y al final la frescura de la menta pasando por mi garganta ayudada por el aire. No acostumbro fumar pero cuando me dan ganas es tan liberador hacerlo. Un deseo cumplido, otra sonrisa.

LLegué al Eje Central y crucé para sentarme en una de las jardineras de la plazuela de Bellas Artes, bajo una farola saqué el libro "La Muerte de Artemio Cruz" de Carlos fuentes que estoy, que estaba leyendo, y comencé el final de tan extraña narración, creo que debo leerlo otra vez porque no entendí muchas cosas, solo me dejó un desconcierto y la placidez de haberlo terminado. Para este punto ya me había terminado mi delicioso cigarrillo metolado, así que me levanté y fui directo a la Alameda. Otro libro, otra sonrisa.

Sorprendentemente encontré una feria en avenida Hidalgo y vi unos grandes algodones de azúcar, se me antojaron pero no me decidía en comprarme uno... mmm... "sí, me lo merezco". Tuve que pasar 3 puestos para encontrar uno en el que atendiera alguien y me lo diera. Tenía mi algodón verde! y me lo comí, de nuevo como un niño, mientras la gente se me quedaba viendo "que importa, no todos los días hay algodón de azucar". así que fui viendo los juegos mecánicos y los demás antojitos que se ofrecían. El segundo deseo, una sonrisa, y ahora unos ojos soñadores. Todo feliz.



Y mi día que pintaba a ser bueno, lo fue. Fue excelente. Ahora solo puedo sonreir y seguir deseando mas días como este.

Al fin, siempre ocurren ^-^

2 comentarios:

  1. Siiiii!!!

    Me acuerdo de cierto dia en Minería, y después en una azotea... porq es padre en verdad que un dia no se vea muy nice y a la mera hora es de lo mejor...

    Feliz navidad. Gracias por el msj :]

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  2. Es exactamente el hecho de saber disfrutar de los pequeños detalles lo que logra que las cosas valgan la pena.

    Es fabuloso que cunado creías que todo estaba arruinado, algo mejor se te presenta y termina mejorando cualquier tipo de plan que hubieras llegado a tener!

    Bien por ti!! xD

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